¡Jo, jo, jo... Papá Noel ya llegó! |
Y es que, a pesar de que las Navidades nunca han sido mi fecha favorita, el estar fuera de casa estos días se hace, cuanto menos, extraño.
Árbol de Navidad de la residencia. |
Tened en cuenta que el concepto de Navidad que tienen la mayoría de chinos se limita a poner lucecitas de colores y figuritas de Papá Noel por todas partes y a montar árboles de Navidad del tamaño de Wisconsin pero, desgraciadamente, no contemplan la posibilidad de que una pobre servidora necesite vacaciones. Así que, no sólo todos los días son lectivos, sino que tengo exámenes finales la semana que viene, empezando... precisamente el SÁBADO día 31 y hasta el día 9. Genial, oye.
Sin embargo, como somos muchos los laowai -extranjeros- que no podemos regresar nuestros países porque no tenemos vacaciones por estas fechas, hicimos piña e intentamos celebrar estos días de la forma más navideña
posible... dentro de lo que cabe. Y como la Navidad es sinónimo de comidas y regalos, ¡...pues eso hicimos!
¿Seréis capaces de encontrarme? |
Unos cuantos amigos se encargaron de organizar toda la cena Nochebuena y reservaron el restaurante más bonito de todo el campus sólo para nosotros. La verdad es que se lo curraron tanto que parecía organizado por un servicio de cátering. Así que no puedo menos que estarles superagradecida por haber hecho que una Nochebuena que pintaba deprimente, fuese, en realidad, INOLVIDABLE.
Thank you, guys!
Thank you, guys!
¡Lumos! Ah, no que es el flash de la cámara. |
En total fuimos casi 80 personas que, con nuestras mejores galas, nos olvidamos por unas horas de que estábamos en China y tuvimos una cena casi, casi, como la que hubiéramos tenido en casa. ¡Incluso con cuchillo y tenedor!
El menú en sí fue sencillo:
- 1º: Crema de calabaza o ensalada césar
- 2º: Pollo o pescado con patatas y ensalada
- Variedad de postres, pero como casi todos tenían chocolate o frutos secos... ¡me puse las botas comiendo sólo pastel de queso!
- Y para beber, zumos, vino blanco y vino tinto. Aunque al final de la noche las mesas acabaron llenas de botellas de cerveza, baijiu y ron cuya procedencia apuntaba directamente al súper de al lado.
¡Qué empiece el banquete! |
En cuanto a los regalos, decidimos hacer una especie de amigo invisible en el que cada uno debía traer un regalo y especificar en el envoltorio si era para un chico, para una chica o unisex. ¡Y, después de cenar, uno de los chicos se disfrazó de Papá Noel y los fue repartiendo!
Al final me tocó, como podéis ver en la foto, una libretita con las tapas forradas de seda azul y un charm de la buena suerte que le cambié a un chico bastante desafortunado. ¡Le había tocado un peine y... él no tenía mucho que peinar! Así que ahora tengo un precioso peine de madera al que le daré mejor uso que él. Espero que ahora que tiene el charm le vaya un poco mejor...
Después de la cena, de repartir los regalos y de hacernos los remolones en el restaurante durante más horas de las que teníamos reservadas (¡muajaja!), nos disgregamos. Algunos se fueron de fiesta, otros menos a dormir y bastantes continuamos la fiesta en la residencia durante unas cuantas horas más.
Así que, como alguien dijo aquella noche... We might not be at home, but we'll never be alone.
Eso sí, si el día de Nochebuena fue de lo más navideño, el día de Navidad propiamente dicho fue un día normal y corriente... tanto que resultaba incluso deprimente. Me levanté tarde, comí cualquier cosa en la cantina de la residencia e intenté (sin mucho éxito) estudiar un poco. Casi todo el mundo estaba intentando recuperarse de la noche anterior y preparándose para el lunes siguiente... que aquí seguimos teniendo clase.
En fin, que a pesar de pasármelo fantabulosamente, os eché de menos. ¡Tengo ganas de veros ya!