domingo, 30 de octubre de 2011

Cambio horario: +7h

Si hay algo que llevo mal de estar en China no es la distancia, sino el cambio horario. Porque cuando vives lejos, da igual que sea en Madrid, que en París que en Mordor... lo tienes complicado para volver a casa. Pero el cambio horario te lo fastidia todo porque ni siquiera puedes usar Skype o Msn sin hacer mil malabarismos para coincidir con la gente. Y es que son muchas horas de diferencia, cuando vosotros desayunáis, yo como; cuando vosotros coméis, yo ceno y mientras vosotros estáis conectados... yo debería estar durmiendo.

Y como en Europa somos tan verdes, tan ahorradores, tan comprometidos y tan de todo, tenemos unas leyes que regulan el uso de la energía eléctrica y que nos hacen cambiar la hora dos veces al año para aprovechar las horas de luz solar y gastar lo menos posible. Pero China es de esos países que aún no han visto la necesidad de hacerlo, junto con Japón, Corea del Sur, la India y media Asia más...  vamos que aquí no se cambia la hora.

Así que, recordad, si antes teníamos 6 horas de diferencia, ahora son 7. Y eso significa que nos costará más coincidir, vosotros tendréis que madrugar un poquito más y yo seguiré alargando el momento de irme a la cama por las noches (...sí, aún más.)

No me quedará más remedio que dejar de ser un lechuza y, aunque siempre he sido mucho más productiva por las noches, empezar a hacer cosas de provecho durante mi mediodía-tarde para así poder estar en contacto con el mundo exterior durante mi noche. Que bastante resentida está ya mi vida social española como para encima ponerme a hacer deberes junto cuando todo el mundo está conectado. No prometo nada, que ya sabéis lo mucho que cuesta perder los malos hábitos, pero se intentará.

De todas maneras, ya podríais madrugar un poco más vosotros, ¡eh! (y esto último va sobre todo por mi hermana, que siempre me está diciendo lo mucho que me echa de menos pero luego acaba conectándose a horas intempestivas, usuratonkachi).
 
'Cause baby there ain't no mountain high enough
Ain't no valley low enough
Ain't no river wide enough
(Ain't no time late enough)
To keep me from gettin' to you, babe~♪

Compras otoñales y nuevo número de teléfono

Esta semana no me ha pasado nada reseñable, así que no os extrañéis de que no haya escrito nada últimamente. De hecho, se podría considerar que esta entrada es un poco de relleno, como los capítulos de Naruto.

These gloves will be trending in the Wall, IS IS KNOWN.
Se nota que estamos en pleno otoño y que Winter is Coming porque cada día bajan un poco más las temperaturas y cada vez me da más pereza salir de casa. Con este panorama la misión "comprar-ropa-que-abrigue" se ha convertido en una de mis prioridades y raro es el día que salgo de compras y no me paro a mirar bufandas y abrigos. De momento ya he conseguido un par de guantes y una bufanda. Los compré en un paradita callejera por unos 4€ las dos cosas y sin regatear.
Los guantes son de lana con forro de pelito por dentro y aunque en la foto no se aprecie, son supergorditos... tanto que aún no me los puedo poner sin que se me cuezan las manos dentro. Pero estoy segura que en un par de semanas lo agradeceré. 
La bufanda no tiene ningún misterio, es de lana de color mostaza (para que me haga juego con el bolso que me compré hace mes y medio) y supuestamente es de marca Zara, supuestamente...

Y para seguir calentándome, dos nuevos jerseys han llegado para poblar mi armario. Aunque son falsos -qué se puede esperar de un suéter de 5€- nunca dejará de sorprenderme la calidad de las copias chinas. el tacto es realmente agradable  y tienen hasta la etiqueta de Ralph Lauren con todo lujo de detalles. 
Me costó lo suyo regatear por ellos...

Mi nueva mascota.
La gran compra de este mes ha sido un nuevo teléfono móvil. Si os acordáis de mi iPhone4 falso y os estáis preguntando si me ha dado por coleccionar móviles, la respuesta es no. El iPhone me duró menos que un asiento libre en el metro de Beijing y ahora mismo debe estar merodeando en algún lugar de Mongolia Interior. Parece que se me pegó algo de los mongolos *jiasjiasjias* y perdí el móvil nada más llegar...  Así que tras pasarme todo el mes de octubre incomunicada, el otro día volví a Hongxiao (el fake market) y me hice con un Nokia de modelo desconocido.
El teléfono en sí es monísimo, muy ergonómico y negro y rosa... pero aunque tanto en la carcasa como en la caja pone que se trata del modelo W98, el dios Google no opina lo mismo. Así que a menos que algún entendido me ilustre acerca del modelo de mi nueva adquisición, seguiré sospechando que se trata de un modelo inventado por y para chinos... y que de "Nokia" sólo tiene la pegatina.

¡Mira, me pega con la bufanda!


Hay una cosa que me hace mucha gracia acerca de los teléfonos chinos y es que a la hora de comprar una tarjeta SIM, en lugar de darte un número cualquiera al azar, puedes elegirlo. Y, como todas las cosas que te dejan escoger... hay números que valen más que otros. Supongo que ya sabéis que a los chinos les encanta el 8 porque trae buena suerte y detestan en número 4 porque se pronuncia muy parecido a "muerte". Así que los teléfonos con muchos ochos son bastante más caros que los que tienen muchos cuatros, de hecho, tengo entendido que hay gente que ha llegado a pagar MILLONES por tener el número que querían.
Así que cuando vas a comprar tu tarjeta SIM, en la tienda tienen una libretita con los números que tienen disponibles y el precio de cada uno. Como podéis imaginar, me pillé uno de los más baratos y... ¡acabado en siete! (...Aunque el penúltimo número es un 4, por eso era tan barato).
 

Ahora mis próximos objetivos son una buena chaqueta y un par de botas para andar bien calentita.

lunes, 24 de octubre de 2011

El guerrero más letal: Camarera vs. Cliente

Ninguno de ellos duraría medio asalto contra una camarera china enfadada.
China es el país perfecto para cualquier reportaje de la Sexta. En serio, hay material para episodios de Megaconstrucciones, Crímenes Imperfectos y hoy he descubierto que también sería un buen lugar para grabar uno o dos episodios de El guerrero más letal. Y no precisamente por los monjes Shaolin...

Si hay alguien verdaderamente capaz de vencer contra cualquier oponente, es una camarera china enfadada

Normalmente tendemos a generalizar y pensar que todos los asiáticos son como los japoneses: silenciosos, tranquilos, estoicos y tan educados que te pondrán mil excusas de lo más variopinto para no decirte que "no" a algo. ¡Craso error! Desde luego los chinos NO SON SILENCIOSOS -cuenta la leyenda que si un chino se pone a hablar por teléfono en una punta de Gran Muralla, se le puede oír desde la otra-, ni tranquilos y sobre todo... si algo no les gusta y se enfadan contigo, no se cortarán un pelo y no dudarán en defecarse sobre tu progenitora; figuradamente hablando, claro.

Hace un rato, estaba yo comiendo con mis hamijos en uno de los restaurantes habituales cuando oímos gritos provenientes de la mesa de al lado y a varios decibelios por encima de la media... que ya es mucho decir. No sé exactamente cuál ha sido el origen de la trifulca (lo siento, es una palabra chachi y tenía que usarla) pero parece ser que uno de los platos que habían pedido no llegaba, o ha llegado tardísimo, y uno de los comensales, en lugar de quejarse en un tono de voz normal y preguntar por la encargada o algo... se la ha liao' parda a la camarera.Y la camarera, en lugar de darle la razón al cliente y pedirle disculpas (tuviera o no razón el cliente), le ha respondido liándola aún más. 

¡QUIERO MI COMIDA Y LA QUIERO AHORA!
Total que en dos minutos han pasado a decirse de todo y a meter a las respectivas familias de por medio en la discusión... ¡a GRITOS! Hasta que el chico le ha debido decir algo aún más fuerte a la camarera (o no, y simplemente es que ella se ha hartado de palabrería y ha decidido pasar a la acción, vete a saber) y ésta se ha abalanzado sobre él y, de no ser porque han llegado 3 camareras más y la han sujetado, estoy segura de que le hubiera pegado una paliza al cliente. En serio... no será porque no lo ha intentado...



En sus ratos libres, Chun Li trabaja como camarera
en uno de los restaurantes de la Renmin University.
Al final, la encargada se ha llevado a la camarera hacia adentro; y el chico y el resto de la gente de su mesa se han levantado y han salido del local.

Y mientras tanto, yo y el resto de mi mesa intentábamos procesar la escena que acabábamos de ver. Y es que no es raro ver a alguien discutiendo a gritos (y diciéndose de todo) con un vendedor, un taquillero, un empleado del banco o una camarera... pero de ahí a liarse a ostias, va un trecho. 

Así que ya podéis borrar de vuestra mente la imagen del chino tímido y silencioso que nunca alza la voz y que aguanta lo que le echen... aquí se protesta por todo y se protesta a GRITOS (hasta que la camarera de turno te hace callar de una patada giratoria, pero ese ya es otro tema).


















jueves, 20 de octubre de 2011

Crónica de una muerte anunciada que no fue tal

«El día en que la iban a matar, mi falda de color crema salió del armario a las 7:20 de la mañana para ser llevada a clase... »
Muy bien, ahora que ya he jodido una de las obras maestras de García Márquez, empiezo mi entrada y os explico a qué viene todo esto. xD

Ni mis discusiones con los del Western Union, ni la cola de 5 horas para hacer el permiso de residencia, ni los 10 días sin pasaporte... ayer viví mi primera GRAN CRISIS desde que estoy aquí.

Para que entendáis la gravedad de la situación, tenéis que partir de dos premisas:
1- Sólo podía traer una maleta de 20kg.
2- La ropa en China no es tan barata como os creéis, para conseguir algo a buen precio hay que regatear a muerte durante horas, y no exagero.

Así que perder una prenda de ropa, y más cuando es chachi, es un DRAMÓN de proporciones épicas.

Ahora sí... empezamos....

 ● Antecedentes: 
Nailpolish of the DOOM.
Servidora se estaba pintando las uñas tranquilamente mientras habla por el Messenger y, al cambiar de mano, el pincel se le resbala

● Víctima: 
Falda de color crema. Buena y bonita (no se recuerda si también barata.)

● Principal sospechoso: ;
Bote de pintauñas azul metálico. Importado de Corea. Comprado en China. Precio: 15 yuanes.

● Delito del que se le acusa:
Derramarse sobre la pobre falda en un intento de asesinato con premeditación y alevosía. Tras el ataque, dicha falda se encuentra en grave estado y corre el riesgo de acabar en el contenedor de basura más cercano por ser más azul que blanca.


Tras tamaña desgracia lo primero que hice fue ¿gritar? y salir corriendo para el lavabo a limpiar las manchas antes de que se filtrasen aún más entre las fibras de la falda. Era consciente de que las manchas de esmalte de uñas son de las más complicadas de quitar y, aunque daba la falda por perdida, quería intentar rescatarla de una muerte segura. Y pensé: "Si la mancha es de esmalte, lo mejor será probar con quitaesmalte."  Eso y que lo que más tenía a mano era el bote de quitaesmalte... así que ni corta ni perezosa derramé medio bote sobre la falda. 

Pero las cosas no iban a ser tan sencillas por muy rápido que reaccionase y la falda no iba a salvarse así por así; después de un rato de restregar me dí cuenta de que no iba a conseguirlo. Bien, vamos a preguntarle al señor Google,  SEARCH: "pintauñas"+"ropa"+"mancha"+"quitar". 
My weapons of choice.
¡Genial! Le ha pasado a mil desgraciadas más antes que a mí y todas dan consejos en  Yahoo! Respuestas, la Botica de la Abuela, foros de moda, la web del Eroski... ¡Necesito acetona! Ah, no... que el quitaesmalte ya lleva y de eso ya le he puesto. ¡¿Y ahora qué?! ¡Con esto sólo no se va! ¡CRISIS!

 Así que probé con las otras dos cosas que tenía a mano y que servían para limpiar: el detergente en polvo y el champú del pelo. Hice una pasta uniéndolos al quitaesmalte y la apliqué sobre las manchas de la falda...y en honor a los dioses de la salvación de las faldas, tuve que ofrecer en sacrificio mi cepillo de dientes para poder restregar el menjunje Art Attack!.

Praying (and drying) time...
Ya estaba dándolo todo por perdido cuando me doy cuenta que... ¡Tacháaaaaan! Las manchas están desapareciendo.  Así que cuando vi que la pobre falda había quedado rescatable, la metí en la lavadora y crucé los dedos con la esperanza de que saliera razonablemente bien.

...

...

... 
¡Yay!

¡Ha quedado como nueva!

Y yo he aprendido la lección: jamás de los jamases volveré a pintarme las uñas distraídamente si llevo ropa de colores claros. >_<'




lunes, 17 de octubre de 2011

De vuelta a la rutina

Después del viaje a Mongolia, tocó regresar a la civilización y con ello a la normalidad. Y para los chinos la normalidad consiste en recuperar la semana de festivos, yendo a clase también en sábado y domingo. Así que no os extrañéis de que haya estado escribiendo poco...

Entrada del Consulado
Al menos la rutina diaria fue un poco más entretenida -un poco, no mucho- gracias a un par de visitas al Consulado de España. Y es que se acercan las elecciones y una tiene que registrarse como residente para poder votar por correo... Me da un poco de rabia tener que hacer tanto papeleo para votar porque, cuando vuelva, me tocará deshacerlo todo y volverme a empadronar en Sabadell; pero ahora sólo me queda esperar a que me envíen las papeletas a la residencia y luego reenviarlas por correo certificado para que lleguen a tiempo al recuento en España. No es que un voto vaya a cambiar nada, pero así me gano el derecho a protestar y a rajar de los políticos durante los próximos cuatro años.
La verdad es que visitar el Consulado es como pisar un trocito de España, da gusto poder hacer papeleo sin que te pidan mil sellos ni documentos y, para variar, explicándote las cosas en castellano. Creo que me buscaré alguna excusa para volver algún día y sentirme como en casa. xD La putada es que está en Sanlitun 三里屯 (la zona "guay" de Beijing, con todos los edificios diplomáticos, pubs chachis y tiendas de lujo) y para ir desde la universidad hasta allí, hay un buen rato. No todo podía ser tan bueno.
Por cierto, como anécdota de mi visita al consulado... como para variar no encontraba el sitio (ya sabéis que me pierdo con más facilidad de Ryoga) le pregunté a un guardia de seguridad que había por allí y la cosa fué así:
- ¿Perdone, para ir al Consulado de España?
- *Me ve cara de guiri y me habla en inglés* Sí, sí... tile ustéh pol aquí, a la delecha. *y con la mano señala a la izquierda*
-  *Bueno, a lo mejor no sabe mucho inglés....* Mm... ¿A la derecha? ¿Seguro?
- Sí, sí... delecha.
 - Vale gracias.  
Sanlitun a plena luz del día...
Y yo, sin saber qué cara ponerle a alguien que me dice "derecha" y me señala a la izquierda, pues pensé que el pobre, efectivamente, se estaba confundiendo con el inglés y decidí confiar en el gesto, que es algo universal. Pues bien, después de media hora Sanlitun arriba, Sanlitun abajo le pregunto a otro guardia y me da las indicaciones correctas. El Consulado, efectivamente, estaba a la derecha. Y yo tuve la mala suerte de irle a preguntar al único chino disléxico-espacial que he visto. (Mamá, este es de los tuyos xD).





A parte de subir un escaloncito más como ciudadana pekinesa, mi semana se ha basado en intentar sobrevivir hasta el viernes. Clases, comer, dormir, deberes, clases, comer, dormir, deberes, clases... Así que después de siete días seguidos con este plan, el sábado tenía que liberar el estrés acumulado y volvía Sanlitun pero... ¡de fiesta!

Sanlitun Soho por la noche.
Como el verano pasado prácticamente me pasé la mitad de las noches allí, fue un regreso un tanto nostálgico pero, al menos, pude recomendar los clubs más chachis a mis amigas. Entre ellos el mítico Red Club en el que en un desliz del DJ acabamos bailando Danza Kuduro. Aunque, sinceramente, no me extraña tanto viniendo de un DJ que el año pasado nos bombardeó una y otra vez con el Waka Waka, aun así... en general la música no estaba del todo mal excepto cuando se le iba la olla y se empeñaba en hacernos bailar pseudoreggeton.
Normalmente no es caro salir de fiesta por Sanlitun a menos que vayas a algún sitio supah exclusivo, la entrada suele ser gratis o valer menos de 5€ (y entonces incluye bebida). Y para beber, más o menos igual... o la entrada incluye bebida (¡a veces incluso barra libre!) o los precios oscilan entre 1€ por chupito y los 2-3€ por cubata.
De todos modos, una opción bastante frecuente es meterse en una especie de súpermercados-bodega de los que abundan por la zona. Consiste básicamente en una especie de bar con sillas y mesas y con todas las estanterías llenas de bebidas, como en un súper y a precios de súper.  No está mal pasa pasar el rato charlando y tal antes de meterse a bailar en alguna discoteca. Ya podrían aprender en España y no cobrar los cubatas a 8€... y luego quejarse de que la gente hace botellones. En fin...

El domingo hubo una especie de Exposición Internacional en el campus en el que todos los extranjeros podíamos preparar una paradita sobre nuestro país y tal. Tuvo bastante éxito y mucha gente preparó platos típicos de sus países e hicieron danzas tradicionales y tal. Pero...shame on us! Ninguno de los españoles de por aquí se dignó a hacer nada... si es que luego nos quejamos del tópico de "vagos". xDDD







Cambiando de tema, el otro día descubrí que debajo de mi ventana, a días alternos, se reúnen como unos 40-50 chinos a eso de la hora de cenar para practicar... ¡con los nunchakus! Vamos, una escuela ninja en toda regla... no sé si tenerles miedo o sentirme protegida, la verdad. Más vale que me haga amiga de ellos por si acaso. xD

Bruce Lee también entrena bajo mi ventana...
Y hablando de ninjas, hoy he tenido mi primera clase de Pilates + Kick Boxing. En principio sólo me iba a apuntar a Pilates y ver qué tal, pero el ritmo era bastante tranquilito y aunque la clase es dura, aún me quedaba caña en el cuerpo y con otra amiga decidimos quedarnos a probar la clase siguiente que era de Kick Boxing aunque el último cuarto de hora parecía danza. Ha sido super divertido y como en la clase todo el mundo era chino excepto nosotras, creo que me servirá para practicar un montón. Oh, y había un chico con un dobok de Taekwondo, me he emocionado al verlo y le he preguntado si se podía hacer Taekwondo allí, pero me ha dicho que venía de entrenar en otro gimnasio fuera del campus y tal, que no tenía nada que ver con la uni. Lástima... echo de menos entrenar. >_<'

Un par de clases más y ya estoy lista para combatir a los hunos.


Las clases valen 20yuanes al día, al principio creía que nos harían pagar 20 por Pilates y otros 20 por el Kick Boxing pero la chica de la puerta no nos ha dicho nada así que... guay. Que, sinceramente, 20yuanes me parecía carillo, pero si puedo ir a dos clases seguidas (de una hora cada una) entonces no está tan mal.


Por cierto, he subido de nivel en el uso de los palillos (+50 exp). Justo cuando creía que ya era una pro, hoy me pido un arroz con pollo para cenar y me ponen un muslo de pollo ¡entero!  Ya estaba apunto de pedirles un cuchillo cuando he pensado... si no me dan cuchillo es porque esto se puede comer así. Así que después de analizar el muslo, he llegado a la conclusión de que efectivamente, se puede comer sólo con los palillos, desmenuzándolo poco a poco. Así que cuando vuelva a casa, podré vacilar comiendo pollo a l'ast con palillos. NO.

DO FUCKIN' WANT! I REALLY NEED 'EM!


viernes, 14 de octubre de 2011

Turisteando por Mongolia Interior (4º y último día)

Realmente no hay mucho contar del último día de mi viaje a Mongolia Interior, pero me parecía feo dejar el relato a medias así que... ¡ahí voy!

Después de haber pasado el día anterior en el desierto, nos llevaron de nuevo a la civilización para que cenáramos y durmiéramos en un hotel de mala muerte que no estaba mal del todo, al menos tenía agua caliente y... ¡bañera! Y como ya sabéis que mi "ducha" no es más que un agujero en el suelo, aproveché la ocasión y contribuí un poquito a la sequía que asolará el planeta un día de estos. Pero, oye, qué bien que sienta bañarse con el agua a 40ºC después de pasarse el día rebozada en arena...

Arte dothraki... digo, mongol.
La última mañana en Mongolia la perdimos de la manera más tonta ever. Nos llevaron a la capital, Hohhot, que en mongol significa "ciudad azul" (datos random FTW!). Pero, en lugar de turistear por la ciudad... ¡van y nos llevan al Ethnics Arts and Crafts Plant, que así en inglés no suena tan mal pero que, en realidad, no es más un centro comercial CARÍSIMO en el que supuestamente venden artesanías mongolas. Y digo supuestamente porque la mitad de cosas eran de plástico, pero bueno... allá ellos. Ropas tradicionales, armas mongolas, mil estampas y efigies de Genghis Khan -porque si en el resto de China se ve Mao Zedong por todas partes, en Mongolia Interior hacen lo mismo, pero con el señor Genghis Khan- y caballos, caballos por todas partes: estatuas de caballos, dibujos de caballos, figuritas de caballos, alfombras de caballos...
De tanto verlo por todas partes, al final acabé pillándole cariño...

Las vainas muy bonitas, pero la hoja... ni filo ni na'. Un timo.



Ya sabemos dónde acabó la madre de Bambi....

El caballero de la armadura de cuero...

Los precios eran tan ridículamente caros que nadie compró nada y volvimos al autocar bastante enfadados y con la sensación de haber perdido la mañana.

Después una mañana tan espantosa, comimos en un restaurante a las afueras, un lugar digno de película de terror. Miles de casas en un estado que aún no sé si estaban medio derruir o a medio construir... Sin embargo, aunque el restaurante era cutrillo... comimos de coña y... para variar un poco nos dieron huoguo (火锅,olla mongola). Que es el plato típico de aquí (aunque ya lo había comido otras veces en Beijing) y está riquísimo. 
El caldo blanco es normal y el rojo, picante.
El huoguo consiste en una olla comunal o individual, llena de caldo que hierve encima de la mesa, como una fondue. Y, al igual que en las fondues, tienes un montón de bandejas con carne, tofu, fideos, verduras... y vas cocinando en el huoguo lo que te apetezca comer.  Creo que fue la primera vez en todo el viaje que nos alimentaron tan bien... ¡y con carne sin tener que pagar extra! Y como yo estaba sentada en una mesa con un par de chicas vegetarianas... ¡ya os podéis imaginar que me puse hasta las botas!

Entrada al jodido museo...
En teoría por la tarde estaba programada una visita a un museo en Hohhot, pero para variar llevábamos varias horas de retraso en el programa y los guías nos preguntaron si preferíamos saltarnos el museo e ir directamente hacia Beijing, que nos esperaba un largo viaje de vuelta. TODO el mundo dijo que sí excepto unos malasios que se empeñaron en que querían ver esqueletos de dinosaurios y nos jodieron el plan. Total, que como realmente estaba prevista la visita (¡aunque muchas horas antes, no tan tarde!) no nos quedó más remedio que ir al Inner-Mongolia Dinosaur History Museum. Un edificio enorme con secciones dedicadas a exponer huesitos y otras reliquias de hace miles de años... y otras que parecían más propaganda de EL PARTIDO que otra cosa. Y entre ellas destaca la exposición dedicada al proyecto espacial chino puesto que los lanzamientos y tal se hacen en Mongolia Interior. No estuvo mal pero, sinceramente, eso de ir hasta tan lejos para meterme en un museo que tampoco tenía nada de especial... me mosqueó muchísimo. Ya que estábamos perdiendo la tarde, hubiera preferido perderla en algo más interesante, en algo que no pudiera haber visto en España, por ejemplo.



El ordenador desde el que se controló el primer lanzamiento aerospacial chino. Es increíble que con este cachivache prehistórico pudieran hacer algo más que jugar al Pong.
Vamos que, de haber sido yo la guía, o hubiera ido directamente a Beijing o, al menos, hubiera aprovechado para visitar lugares de interés turístico en la ciudad en lugar de meter a los guiris de turno en un museo random toda la tarde.
Me quedé con las ganas de visitar el mausoleo de Genghis Khan...

...Y el Templo de las Cinco Pagodas.



El día empezó regular, fue empeorando con lo del museo y acabó de forma nefasta en el viaje de vuelta a Beijing. En teoría nos esperaba un viaje de 4 horas y se suponía que llegaríamos a las 6 de la tarde; como no cumplimos ninguno de los horarios establecidos, se dijo que llegaríamos a las 8. Pues bien... por culpa del tráfico, el viaje de vuelta se convirtió en un INFIERNO de más de 10 horas en la autopista, en una caravana INMENSA y ETERNA, rodeados de camiones y perdidos en medio de la nada. Y, por si fuera poco, con tantas horas de caravana y sin perspectivas de que mejorase la situación en la carretera, al conductor no se le ocurre cosa mejor que ponerse en modo ahorrativo y apagarnos las luces y el aire acondicionado durante toda la noche... por si acaso en otro momento nos hacía más falta. ¡¿Pero cuándo nos iba a hacer más falta con 30 personas en el mismo autocar, parados y encerrados durante horas?! Vamos que por no poder, no podía ni entretenerme leyendo porque estábamos a oscuras; en ese momento afloraron mis instintos asesinos... pero tranquilos, no maté a nadie. Creo.
Y aquí parados una hora y otra y otra...


Acabé llegando a mi habitación a las 3 de la mañana, muerta de asco y agotamiento. Pero, bueno, a pesar de lo mucho que me enfadé el último que me enfadé ese día... prefiero verlo como una experiencia más o aún podría volver a la agencia de viajes y cargarme al guía. Ahora sé que las retenciones de España son una broma comparado con la que se lía en una autopista china con miles de camiones en dirección a Beijing. Pensad que en esta ciudad vive más gente que en media España y de algún sitio hay que traer el alimento para todos... y ese día parece todo venía de Mongolia Interior. xDD

Hogar, dulce hogar... Igual que este gatito me pasé yo el día siguiente. xD


miércoles, 12 de octubre de 2011

Turisteando por Mongolia Interior (3r día)

El miércoles pasamos del frío extremo de la yurta mongola en medio de la pradera, al calor infernal del desierto del Gobi. 
Dunas del Xiangshawan
Después de levantarnos a las 5 de la mañana para ver el amanecer en la estepa -lo mismo que un amanecer cualquiera, pero sin edificios tapándote la vista- y desayunar en el campamento, nos subimos al autocar para dirigirnos a la ciudad de Baotou -la más grande de Mongolia Interior, más incluso que Hohot, la capital-. Y, aunque nos explicaron que las temperaturas oscilan entre los 45ºC en julio y los -30ºC en enero, a nosotros nos hizo un día espléndido... supongo que fuimos en la mejor época posible. 

En Baotou sólo nos dio tiempo a almorzar y no nos dejaron visitar la ciudad como me hubiera gustado, así que tendré que volver algún día, jeje. Y tanta prisa se debía a que nos esperaba el... ¡Desierto del Gobi! Bueno, más concretamente la región conocida como Xiangshawan (响沙湾, Desierto de las Arenas Sonoras), cuyo nombre se debe al sonido que hace la arena al deslizarse por las dunas; se dice que varias personas se tiran a la vez por la ladera de una duna, la arena emite un sonido parecido al de una campana. Desgraciadamente con tanta gente a mi alrededor y tanto ruido, no pude comprobar si es cierto. >_<' 


Entre las dunas hay una zona de esculturas arena ENORMES.
La primera impresión cuando vi el desierto fue "¿es de verdad o lo han hecho los chinos?" Porque, me explico, caminábamos por una carretera normal y corriente, con calles normales y corrientes, cuando de pronto... ¡PUM! aparece un desierto delante de nuestras narices. Y a mí, que no había visto un desierto en mi vida, me pareció raro que no hubiera progresión del paisaje, sino que a un lado de la carretera hubiera casas y al otro... arena. Como si fuera un paseo marítimo, pero a lo bestia y sin agua. Pero, no... el desierto es de verdad. xD

Por lo visto es uno de los lugares más turísticos de Mongolia Interior y lo saben explotar. No obstante, es uno de esos sitios a los que es mejor ir en un viaje concertado y en grupo, que por libre. Más que nada porque es bastante difícil acceder a la zona en transporte público y un taxi desde Baotou, la ciudad más cercana, puede salir por unos 200yuanes. Para acceder al desierto en sí, lo mejor es pagar por un remontador como los de las pistas de esquí asquerosamente caro por unos 14€ (ida y vuelta) pero vale la pena si no quieres perder medio día subiendo y bajando la ladera por unas escalera de madera medio enterradas en la arena. 

Teleférico del demonio, más caro incluso que en Europa
En la parte más cercana al extremo del desierto -y por tanto- a la salida, hay montones de campamentos donde se pueden practicar deportes de aventura y realizar actividades varias: "surfear" por la arena, montar a camello, alquilar motos, quads y todoterrenos, montar a caballo, tirarse por un par de tirolinas, meterse en una bola transparente gigante, etc. Cada actividad se puede pagar independientemente y el precio oscila entre los 4€ y los 18€ o comprar un pack por unos 30€.


Para ir de una actividad a otra, lo mejor es montar en esta especie de barcos-todoterreno que van navegando entre las dunas. No no parece pero van rapidísimo.
Haciendo la Ruta de la Seda... pero sin seda.



Este ya le ha pillado el truco a eso de ir en camello...

Eso sí, no me seáis mongolos *je, je, je* y no hagáis como algunas chinas que vi por allí... que iban al desierto ¡en tacones! Si es que eso de antes muerta que sencilla debe ser el lema nacional. Lo mejor es ir con un calzado cómodo y y vestido a capas, así cuando aprieta el sol puedes quedarte en manga corte y, al atardecer, cuando deja de hacer calor y empieza a soplar el viento, sólo tienes que irte poniendo ropa encima... 


Yo iba súper feliz con mis botas de trekking, una de las mejores compras que he hecho jamás. Perfectas tanto para caminar por la estepa como para escalar budas de roca como para merodear (¡palabra chachi!) por el desierto; pero muchos de mis compañeros tuvieron que comprarse una especia de sacos para los pies para que la arena no les estropearas sus zapatos/ bambas de *inserte marca random* y os aseguro que ir por el desierto con bolsas de colorines en los pies, no acaba de ajustarse a mi concepto de "fashion". 


Algunas de las personitas que conocí en el viaje :D


En fin, el Xiangshawan es un buen lugar para pasar el día si alguna vez venís por estos lares. ^__^


lunes, 10 de octubre de 2011

Turisteando por Mongolia Interior (2o día)

A pesar de haber llegado literalmente agotados al hotel, el martes por la mañana nos tocó madrugar y volvernos a poner en marcha en dirección a las praderas mongolas. Sin embargo, por mucho que me levantara temprano, el autocar acabó partiendo más tarde de lo previsto y una vez más tooodo el planning diario se fué al garete.Así que en lugar de llegar a la pradera a la hora de comer como estaba previsto, llegamos por la tarde y medio desnutridos, que poco más y empezamos a hacer sorteos dentro del autocar para decidir a quién matábamos primero para comérnoslo. 

The Dothraki Sea
En fin, si nunca habéis estado en una pradera mongola... imaginaos una explanada infinita llena de hierbajos y postes de teléfono. Porque por muy que esté en medio de la nada, ¡hay cables por todas partes! Me pregunto si habrá llegado ya Internet a este Mordor estepario o si aún serán cables de telégrafo... xD El fuego, al menos, sí que he podido comprobar que lo han descubierto y la rueda, por lo visto, también.
Y, hablando de inventos, supongo que lo próximo será descubrir los W.C. porque eso de usar una letrina chunga no acaba de ser mi estilo. Y es que cuando digo "chunga"... me refiero a muy, muy, CHUNGA. Menos mal que este es un blog fisno y no voy a colgar la foto del "interior". Y ya os podéis imaginar cómo olía aquello... ¡puajj!

Cuenta la leyenda que hay gente que fue al lavabo y jamás se les volvió a ver.

El único inconveniente a parte de los no-sé-si-a-eso-se-le-puede-llamar-lavabo era el frrrriiiiio. Húmedo, mortal y que te calaba hasta los huesos. Y como somo tan guiris y nos va lo exótico, nos pareció que eso de dormir en una yurta mongola tenía que ser lo más de lo más... ¡sí, lo más mongolo que se nos ocurrió en todo el viaje! 
Sigo sin creerme que lo mongoles realmente vivieran en cosas así...

Seis personas metidas en una tienda con las paredes de cuero y tela y con una puerta que no encajaba en la estructura y que tenía más agujeros que un colador. Y, detalle importante, ¡sin camas! Dormíamos en una especie de tatami de madera alrededor de una tabla que servía de mesa, una pesadilla. Y, por si fuera poco, según el finlandés del grupo (y éste de frío, digo yo que entenderá... xD) dormimos a unos -5ºC. Así que cómo os podéis imaginar por la noche yo era una especie de muñeco Michelín con más capas que una cebolla: una camiseta, dos polares térmicos, una sudadera, unos leggins, unos tejanos, los pantalones de pijama, tres pares de calcetines y dos edredones; no me podía ni mover... pero al menos sobreviví. xD

Dentro de la yurta.


A pesar de todo, pasar un día en la estepa mongola fue divertido. Lo único que se ve hasta donde alcanza la vista son pequeños campamentos de cabañas mongolas, alguna que otra manada de caballos y... ¡¿camellos?! Por la tarde nos dió por dar un paseo por la estepa y, a parte de las manadas de caballos y alguna que otra oveja pastando... de pronto nos encontramos con un camello. Así, como salido de la nada y sin nadie que lo vigilase. Muy random todo.
A wild Camel appeared!
-Fight
-Bag
-Run







Obviamente en la estepa no hay mucho para hacer a parte de comer cordero a la brasa, montar a caballo y pasar un poco de frío así que nos tenían que entretener con algo y nos ofrecieron un espectáculo de danzas y canciones tradicionales, una minicarrera de caballos y algo que supongo que debía ser una lucha tradicional. La gran batalla consistía en agarrar al contrario por los hombros y tirarlo al suelo a base de llaves de judo y ponerle la zancadilla. Al final escogieron a un par de pobres ingenuos entre el público (los dos chicos más grandes que vieron) y después de forcejar un poco esos prototipos de quarterbacks americanos acabaron rodando por el suelo gracias a unos mongolillos de metro y medio.
Al final acabaron los dos por los suelos...



Con mi khalassar conquistaré Poniente.



Para cenar nos dieron (previo pago de 5€ extra) cordero al estilo tradicional de Mongolia, que sabía igual que un cordero cualquiera hecho en un barbacoa cualquiera, vaya. Estaba muy rico pero no sé quién fue el mongolo *juas, juas* al que se le ocurrió plantarnos la pata de cordero entera en un plato esperando que nos la comiéramos con palillos. Menos mal que al final el guía nos consiguió un cuchillo y, aún así, nos costó sangre, sudor y lágrimas desmenuzarla en trocitos que nos cupieran en la boca.
Antes de tocar el cordero, se pasan como media hora bebiendo un alcohol que sabe a colonia y cantando canciones rituales... ¡con razón luego no estaban por la labor de cortárnoslo a trocitos!

Campamento mongol(o) al atardecer.

¡Para que veáis que yo no era la única friolera...!

La mayoría de gente estaba emocionadísima con eso de ver la puesta y salida del Sol en la estepa y, aunque hay que reconocer que era muy bonito poderlo ver sin edificios que te tapen la vista... las puestas y salidas de Sol están sobrevaloradas. Vista una, vistas todas... y eso es así. Sin embargo, yo niña de ciudad, nunca había podido ver la Vía Láctea en todo su esplendor (lo más que he visto son las 4 estrellas de siempre sobre el cielo de Barcelona y esas nubes rojas de contaminación que aparecen de vez en cuando). Así que realmente disfrute de una noche sin luces artificiales y un cielo en el que se veían hasta las nubes de estrellas, y eso que había Luna, que si llega a ser Luna Nueva aún se hubiese visto mejor.
La foto no es mía pero está hecha en el mismo sitio y se veía exactamente igual.

En fin, que si alguna vez os da por ir a Mongolia, no seáis catalanes y pagad un poco más por una yurta deluxe que, aunque tengo entendido que hace frío igual, al menos tienen camas de verdad y sólo son para dos personas. xD


Y mañana más... a ver si os cuento los días 3 y 4 en un sólo post. ^__^





PD: ¡Por cierto, ya tengo mi permiso de residencia! Y podría quedarme hasta el 29 de julio sin ser una sinpapeles, cosa que tampoco pretendo, pero bueno. Estoy un poco decepcionada porque pensé que el Permiso de Residencia sería algo grandioso y súper complicado y realmente no es más que una triste pegatina en mi pasaporte, que al paso que voy acabará pareciendo un álbum de cromos de Panini. xD